Cuando se comienza con un proyecto ambicioso, se suele pensar en el proyecto acabado y, por lo general, aparecen esas fabulosas imágenes de una model bailando o haciendo cosas al ritmo de una música que uno mismo compone en su mente.
Pero cuando nos ponemos frente a un ordenador, a traspasar esas imaginaciones, es cuando se separa lo imaginativo de lo técnico. Simplemente aterrizamos y nos damos cuenta de que, nuestra flamante musa, nos costará algo más que imaginarla. Serà un trabajo duro y mucha planeación para, lo que habíamos imaginado, sea llevado de la forma más exacta posible al soporte de video, en este caso.
Para alivio de las almas creativas de hoy, es posible encontrar programas gratuitos como es el caso de Blender, el cual nos resulta muy útil para ilustrar nuestra imaginación, llevàndola a un soporte como es el de un video.
Una vez subida la cuesta de aprendizaje de cualquiera de estos programas, se comienza a crear lo que tanto hemos soñado.
Sin embargo, a pesar de contar con las herramientas, el tiempo y lo demás, es la paciencia lo que falta. En donde están las ganas y el ànimo para animar. En esos casos, es momento de tomarse un descanso, tener un horario fijo, evaluar la situación y volver al proceso. No es fácil por ejemplo, hacer a una fémina con luces en la cabeza; ya que, esas luces titilarán a un ritmo programado, mirntras nuestra voluntaria virtual, baila y coquetea desde un progrsma de animación. Para lograr llegar a un lugar lejano a nuestra residencia, primero se planifica el viaje, se junta el dinero, se averigua cómo hay que hacerlo y otros tantos preparativos.
Sé perfectamente que el camino para aprender una nueva habilidad es largo, a veces mucho. Pero, siempre habrá personas dispuestas a ayudarnos y a animarnos para conseguir ese objetivo por corto o largo que sea.
Para llegsr a ser un VTuber tuve que trabajar mucho, tener contactos y algo de suerte. Hubo días de desánimo, quién no los ha tenido. Pero aqui estoy, luego de mucho tiempo haciendo este tipo de cosas. Lo importante es hacerlo de a poco y, simplemente, ya se habrà terminado el proceso casi sin darnos cuenta. Porque se ha disfrutado de cada paso del camino.
